Aprobados por la Red Amazónica de Autoridades del Agua (RADA) en su Tercera Reunión, en abril de 2025, los cuatro Protocolos Regionales de Monitoreo de Aguas representan un hito para la gestión compartida de los recursos hídricos en la región. Desarrollados en colaboración en el marco del Proyecto Amazonas (OTCA/ANA/ABC), y posteriormente consolidados y aprobados por la Red Amazónica de Autoridades del Agua (RADA) en un proceso llevado a cabo en el contexto del Proyecto Cuenca Amazónica (OTCA/PNUMA/FMAM), los documentos establecen una base técnica común entre los Países Miembros de la OTCA y fortalecen la cooperación regional para un monitoreo fiable, estandarizado y transparente de las aguas de la cuenca.

Los protocolos abarcan todas las fases del proceso de monitoreo – desde la modernización y el funcionamiento de las estaciones hasta la recogida sobre el terreno, el tratamiento de los datos y su publicación – y consolidan parámetros unificados que garantizan la comparabilidad, calidad y fiabilidad de la información hidrológica y sobre la calidad del agua. Esta estandarización es esencial para el funcionamiento coordinado de la Red Hidrológica Amazónica (RHA) y de la Red de Calidad del Agua (RCA), que operan dentro del Observatorio Regional Amazónico (ORA).

El proceso de revisión y consolidación de los protocolos fue conducido por el Panel de Apoyo Técnico (PTA) de la RADA, en un ciclo de seis reuniones virtuales entre noviembre de 2024 y marzo de 2025, con la participación directa de representantes técnicos de los ocho países amazónicos. La adopción de los protocolos confirma el compromiso colectivo con una gestión integrada, respetuosa de la soberanía nacional y guiada por la evidencia.

Modernización y ampliación del monitoreo: estaciones fiables e integradas

El primer protocolo establece directrices para la adaptación, instalación y funcionamiento de las estaciones de vigilancia en la RHA y la RCA. Orienta la modernización tecnológica de las estaciones existentes y la instalación de nuevas unidades, utilizando sensores automáticos, telemetría y una estructura normalizada. Se definen criterios para la selección de los emplazamientos, la instalación de los equipos, la seguridad física de las unidades y la continuidad del funcionamiento durante al menos un año hidrológico.

Este protocolo también valora los estudios de campo previos, el uso de datos hidromorfológicos y la cooperación entre países para instalar estaciones en zonas transfronterizas, promoviendo una red técnica integrada y eficaz para el seguimiento del caudal, la calidad del agua y los sedimentos.

Calidad de los datos de campo: recopilaciones seguras y trazables

El segundo protocolo armoniza los procedimientos de análisis y recogida de muestras sobre el terreno para garantizar la fiabilidad e integridad de los datos. Incluye la preparación y calibración del equipo, la observación del punto de recogida, el uso de buenas prácticas de control de calidad sobre el terreno y la aplicación de estrictas cadenas de custodia.

El enfoque estandarizado permite que los datos generados por los diferentes países sean compatibles y comparables, fortaleciendo la base de conocimiento regional sobre la calidad de las aguas amazónicas y la integración entre los datos hidrológicos (RHA) y fisicoquímicos (RCA).

Transparencia y accesibilidad: la publicación de datos como bien público regional

El tercer protocolo define las directrices técnicas para procesar, almacenar y publicar los datos generados por las redes. Centrado en la cualidad y transparencia, el documento establece pasos claros de verificación primaria y secundaria, el uso de normas internacionales , la seguridad digital y la disponibilidad pública en plataformas accesibles y organizadas.

El objetivo es democratizar el acceso a la información, fomentar su uso por parte de gestores, investigadores y sociedad civil, y favorecer una gestión del agua basada en datos coherentes, auditables e integrados.

Gobernanza de datos: responsabilidades y flujos compartidos

El cuarto protocolo define los flujos de responsabilidad entre los Países Miembros y la Secretaría Permanente de la OTCA, basados en ciclos de trabajo mensuales y anuales. Cada país es responsable de la recopilación, el tratamiento inicial y la publicación nacional de los datos; la OTCA centraliza, organiza y difunde la información consolidada, ofreciendo información técnica periódica.

Este arreglo promueve la articulación regional de los sistemas nacionales de monitoreo, basados en estándares internacionales como los de la OMM, y fortalece el papel de la RADA como espacio técnico de referencia para la gestión compartida de las aguas amazónicas.

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