Los glaciares de los Andes tropicales se encuentran entre los más sensibles al aumento de las temperaturas globales, ya que responden rápidamente a las variaciones climáticas a lo largo de las décadas, según el ingeniero Nelson Santillán, de la Dirección de Calidad y Evaluación de los Recursos Hídricos de la Autoridad Nacional del Agua del Perú (ANA). El país, que alberga el 71% de la superficie de glaciares tropicales de América del Sur, ha perdido el 53% de su cobertura de hielo en los últimos 50 años, una tendencia que amenaza el suministro de agua para las poblaciones andinas y también amazónicas, dado que muchos ríos que alimentan la región amazónica nacen en los Andes, incluido el Río Amazonas.

Nelson Santillán participa en la coordinación de la intervención del Proyecto Cuenca Amazónica (OTCA/PNUMA/GEF) en los glaciares del Perú, que busca fortalecer la capacidad de adaptación de las comunidades afectadas por la pérdida acelerada de estas masas de hielo. La iniciativa prevé la instalación de cuatro estaciones de monitoreo en las cordilleras Vilcanota y Carabaya, nacientes de ríos esenciales para la cuenca amazónica y para el abastecimiento de más de 1,3 millones de personas.

El ingeniero conversó con el Proyecto Cuenca Amazónica sobre los desafíos del monitoreo glaciológico y las medidas que se están implementando para enfrentar el retroceso glaciar y sus impactos en las comunidades andinas y en la región amazónica.

 

Entrevista

¿Qué papel desempeña el monitoreo en la mitigación de la pérdida de glaciares y el fortalecimiento de la resiliencia de las comunidades?

El monitoreo desempeña un papel crucial en la mitigación de la pérdida de glaciares y en el fortalecimiento de la resiliencia de las comunidades. Es la mejor herramienta para seguir la evolución dinámica de estas masas de hielo en un contexto de cambio climático tan adverso como el que estamos viviendo actualmente.

Gracias al monitoreo, podemos conocer las tasas de retroceso de los glaciares, la velocidad de su pérdida, la formación de lagunas glaciares, la fusión del hielo y su equivalente en agua, así como identificar las áreas críticas donde la pérdida de glaciares puede generar impactos significativos en las comunidades e infraestructuras.

Asimismo, el monitoreo permite a las comunidades planificar y prepararse para los posibles efectos de la pérdida de glaciares, desarrollar estrategias de adaptación, emitir alertas tempranas sobre eventos desastrosos como aluviones, inundaciones o deslizamientos de tierra, y educar a las comunidades sobre la importancia de la conservación de los glaciares frente al cambio climático.

En resumen, el monitoreo es esencial para entender la dinámica glaciar, identificar áreas vulnerables y fortalecer la resiliencia de las comunidades ante la pérdida de glaciares.

¿Qué desafíos técnicos y logísticos se presentan para la instalación y mantenimiento de las estaciones de monitoreo en regiones de alta montaña? ¿Cómo se han superado estas dificultades en Perú para garantizar la recolección continua de datos?

La instalación y mantenimiento de estaciones de monitoreo en regiones de alta montaña, tanto en nuestro país como en otras áreas con geomorfologías similares, enfrentan desafíos técnicos y logísticos significativos debido a los relieves topográficos accidentados. Los accesos suelen ser complicados, sin caminos adecuados, y las condiciones extremas de temperatura, vientos fuertes, precipitaciones intensas, tormentas eléctricas y otros fenómenos atmosféricos pueden dañar los equipos. Estos factores dificultan considerablemente el ascenso y emplazamiento de las estaciones.

Para superar estos obstáculos, es fundamental una planificación detallada, la participación de personal capacitado y con experiencia, y contar con los recursos adecuados. En la mayoría de los casos, los lugareños, quienes conocen a fondo la topografía, el clima y los riesgos de la zona, son clave para el éxito de estos proyectos. Su conocimiento del terreno y las condiciones locales es crucial para garantizar la seguridad y efectividad en la recolección continua de datos en estas regiones de alta montaña.

Además de los desafíos técnicos y logísticos, ¿qué otros desafíos — sociales, culturales o institucionales — se han enfrentado para instalar y operar las estaciones de monitoreo? ¿Cómo ha contribuido el diálogo con las comunidades locales para superar estos obstáculos y asegurar la sostenibilidad de las acciones?

Es de vital importancia el involucramiento y acercamiento de las comunidades cercanas a las áreas donde se planea instalar las estaciones de monitoreo. El éxito de estas iniciativas depende en gran medida de obtener la licencia social de las comunidades. Por ello, es crucial planificar con anticipación reuniones de sensibilización, capacitación y diálogo, para que las comunidades se apropien del proyecto y comprendan su importancia.

Estas acciones deben tomarse con la mayor seriedad, ya que, si las comunidades no están plenamente convencidas de los beneficios y la importancia de las estaciones, existe un alto riesgo de que estas sean intervenidas o incluso destruidas. Lamentablemente, hemos tenido experiencias negativas en diversas cordilleras nevadas de nuestro país que nos han enseñado la importancia de establecer un diálogo abierto y constante con las comunidades locales. Este enfoque es clave para superar obstáculos y garantizar la sostenibilidad de las estaciones de monitoreo.

Además del monitoreo, ¿qué medidas de mitigación y adaptación se están implementando en los Andes peruanos para enfrentar el retroceso de los glaciares? ¿Conoce experiencias similares en otros países andinos que podrían servir como referencia o inspiración?

Se están implementando varias medidas paliativas de mitigación y adaptación para atenuar el proceso irreversible de retroceso glaciar. Estas medidas se basan en la comprensión de que la principal causa de la reducción de las masas de hielo es el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GIE), que impulsan el calentamiento global y alteran la variabilidad climática.

En este contexto, se llevan a cabo proyectos de investigación y monitoreo para entender mejor el impacto del retroceso glaciar en las cuencas con cobertura glaciar, así como iniciativas de forestación y reforestación para dinamizar el régimen hidrológico, especialmente en las zonas periglaciares, que son áreas próximas a los glaciares donde el suelo permanece congelado durante gran parte del año, pero sin la presencia constante de hielo. También se intensifican las actividades de conservación de ecosistemas frágiles, con énfasis en las cabeceras de cuencas, y se desarrollan estrategias de adaptación para ayudar a las comunidades a enfrentarse al cambio climático y al retroceso glaciar. Entre estas estrategias se incluye la implementación de sistemas de alerta temprana para eventos geodinámicos destructivos.

Actualmente, se está formulando un acuerdo entre la Autoridad Nacional del Agua de Perú (ANA) y la India para investigar la formación de las stupas, estructuras cónicas de hielo creadas artificialmente durante el invierno para almacenar agua congelada, que luego se derrite gradualmente en primavera y verano, proporcionando agua para el riego agrícola. Este diseño se implementó con éxito en más de 50 sitios. Sin embargo, los desafíos en la operación y mantenimiento de estas estructuras redujeron su eficacia, lo que llevó al abandono de muchos de estos proyectos. En los últimos meses, un grupo de científicos e ingenieros pilotó un diseño automatizado mejorado para superar los principales retos operativos y de mantenimiento de los embalses de hielo artificial. En junio de 2024, el Departamento de Agricultura de Ladakh —una región montañosa del norte de la India, situada en el Himalaya— lanzó la Iniciativa de Demostración de Embalses de Hielo Automatizados (DAIRI) y financió la instalación de cinco embalses automatizados en aldeas de montaña de la región, con el fin de demostrar su eficacia en mejorar la seguridad hídrica para la producción agrícola a pequeña escala.

También se han desarrollado esfuerzos en países con glaciares tropicales y no tropicales para promover la formación de masas de hielo artificial. Sin embargo, hasta la fecha, estos experimentos no han logrado resultados exitosos. Entre los países con mayor actividad investigativa en este campo se destacan Chile, Brasil (con intervenciones en la Antártida), Nepal, India e Italia, entre otros.

¿Cómo pueden las acciones de monitoreo y adaptación ayudar a prevenir que la reducción de los glaciares agrave las crisis hídricas en la Amazonía?

El monitoreo de la evolución y el comportamiento de los glaciares permite evaluar el grado de dependencia de las cuencas amazónicas con cobertura glaciar, así como la velocidad y el impacto de la pérdida de hielo en la disponibilidad de agua. Comprender la dinámica hidrológica asociada a la retracción glaciar ayuda a identificar áreas críticas, donde la reducción de las masas de hielo puede afectar significativamente la oferta de agua, agravando las crisis hídricas en la Amazonía.

Por otro lado, las acciones de adaptación permiten desarrollar planes de gestión del agua que consideren la disminución de los glaciares y la variabilidad climática. Estas acciones incluyen medidas de conservación, eficiencia en el uso y reutilización del agua, así como la implementación de infraestructura de almacenamiento para garantizar la disponibilidad durante períodos de sequía. Además, la adaptación contribuye a fortalecer la resiliencia de las comunidades que dependen del agua de los glaciares, a través de la capacitación, la educación sobre la gestión del agua y la adaptación al cambio climático, junto con la preservación de la biodiversidad.

Los incendios en la Amazonía liberan carbono negro, que al depositarse sobre los glaciares andinos acelera su derretimiento. Más allá de frenar la deforestación y los incendios, ¿qué otras medidas podrían adoptarse para reducir este impacto y fortalecer la conexión entre la protección de los Andes y la Amazonía? ¿Qué papel podrían desempeñar la cooperación regional y las comunidades locales en esta estrategia?

El involucramiento de las comunidades locales es fundamental para reducir el impacto del carbono negro en los glaciares andinos y fortalecer la conexión entre la protección de los Andes y la Amazonía. La educación y la sensibilización juegan un papel clave para transformar comportamientos y prácticas que dañan el medio ambiente. Es necesario desarrollar e implementar programas de educación ambiental que destaquen la interdependencia entre los ecosistemas andinos y amazónicos, promoviendo la protección de los bosques y la adopción de prácticas sostenibles.

Además, la participación activa de las comunidades en la toma de decisiones sobre la gestión de los recursos naturales es esencial. El conocimiento y la experiencia local aportan soluciones valiosas para la conservación de los ecosistemas altoandinos y amazónicos, fortaleciendo la gobernanza ambiental y la resiliencia frente al cambio climático. La cooperación regional entre países amazónicos también puede impulsar iniciativas conjuntas para reducir los incendios forestales, promover el manejo sostenible del territorio y proteger los ecosistemas interconectados de la cuenca amazónica.

 

Foto de portada: Andes peruanos – Pixabay / soylaritis_f

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